miércoles, 21 de julio de 2010

DOCUMENTAL: Las danzas de Poyunte

La asociación Celendín Pueblo Mágico se siente particularmente orgullosa de poder anunciar el primer documental de un joven colaborador nuestro, Franz Sánchez Cueva, quien no por joven es menos activo y talentoso. Nuestro orgullo se basa en que el realizador se ha inspirado y apropiado del espíritu que nos anima y se ha lanzado a su empresa encomiable: al rescate documental de nuestro folklor, de nuestra identidad, nuestra cultura.

¡Qué más podía querer CPM que ver a un artista joven de la provincia lanzarse al terreno de la creación bajo nuestro nombre y nuestra bandera, que es azul como el cielo nuestro!

El documental de Franz se titula Celendín Pueblo Mágico - Poyunte y será estrenado en Celendín en el mes de julio, acontecimiento que, recomendamos a los paisanos, no deben perdérselo por nada. El autor ha tenido que trabajar mucho, ahorrar mucho y ha dejado su capital y sus fuerzas en la realización de este hermoso proyecto, que ya no es sólo un sueño de estudiante y se ha convertido en una realidad para él y para quienes confiamos en su trabajo.

Como todos los que componemos el colectivo de CPM, Franz Sánchez Cueva es alguien comprometido con el destino y el sino de nuestro pueblo, por lo que ha estado presente en todos los combates cívicos que hemos lanzado en los últimos años. Como a todos los miembros de CPM a él también le han dicho algunos intonsos que sólo sabe criticar. Aquí está la prueba de su amor por Celendín y del trabajo que es capaz de hacer para mostrar nuestra grandeza.

Documental Las Danzas

Por Franz Sánchez


Resumen de diario de notas

Celendín, Domingo 6 de junio.


O7:45 min A.M.



Llegué a Celendín para rodar lo que significa mi primer documental, elegí mi pueblo porque sé que es inmensamente rico, y lejos de todo chauvinismo, ratifico el noviazgo perpetuo que contraje con mi provincia. El clima de junio, y lo místico del Corpus Cristhi me dan los ingredientes exactos que no hubiera podido encontrar en ningún otro lugar más. El suculento desayuno shilico: un caldo verde aromatizado con paico, yerba buena, perejil, con un poquito de ruda; dos tersos panes recién horneados y un empalagoso sorbo de chocolate espeso, son complementados por un momentáneo reposo al borde de una vereda iluminada desde Jelig por los revitalizantes rayos de sol matutino. Inmediatamente después, junto a mi camarógrafo, nos dirigimos al caserío de Poyunte, para filmar el ingreso de las danzas de Candelaria hacia el pueblo. Las abrumadoras clases en la universidad, estáticas, frías, de salón, desconectadas de la realidad, nunca nos prepararon para un encuentro directo con la naturaleza, con paisajes sacados de acuarelas, ni para conocer el duelo, la tristeza o la alegría del hombre de campo.


09:17 min. A.M


He tenido que sortear la insondable barrera que tienen los pobladores, para con las personas de la ciudad. Aciago muro que ayudamos a erigir, nosotros mismos, con las constantes muestras de autodestrucción, con nuestro exquisito y discriminatorio gusto de selección por las personas, marginando siempre al que viste con llanques y sombrero, al que tiene toscas las manos, sudoso el cuerpo y vacía la mirada. Agoté esfuerzos por romper, los vanos prejuicios que únicamente contribuyen al aislamiento de los seres humanos. Los resultados fueron buenos.


Sigo creyendo insólito el hecho de sentirme privilegiado, por compartir instantes agradables con ellos. He documentado, todas sus expresiones de fervor, la alegría con que crean su música, el sonido de sus violines que me transportan a lugares que todavía no sé si existen, pero que puedo ver si aprieto los ojos suavemente, y dejo que el bombo despliegue sus ondas de cuero añejo en mis oídos, con su típica mezcla de paganismo y de nirvana, de dioses y de demonios, me he visto en un espejo.


09:35min. A.M



Hablé con el cura de la iglesia, mientras pensaba en que enfermedad es la que padezco, y en el por qué le dicen “curas” a los hombres, como si todos estuviéramos enfermos. Me dijo que podíamos filmar la ceremonia si es que no estorbábamos, y que fuéramos profesionales en nuestro trabajo. Actué como profesional y evité meterme en el trabajo suyo, pero mandar callar la música de las danzas por preferir su misa, me sigue pareciendo una intromisión suya.


10:00 min. A.M


La vieja coqueta de faldas fucsias, de trenzas apretadas y ganchos brillantes, de muelas doradas y rueca, canta una canción mientras atiende a su viejo barbón, andrajoso, con una excelente desentonación en sus pasos. Los dos bailan frente a sus toros, y a los demás personajes del grupo de danzas. Se simulan los trabajos agrícolas, en un baile singular, auténtico y celendino. Qué suerte he tenido de haber nacido aquí, y qué triste debe ser no haber podido ser shilico.


Me han explicado que los shil-shiles, los traen del valle de Llanguat, y que luego los fríen. Los he visto vestirse, prepararse y ensayar sus coreografías para mi lente, y he creído que el documental que pensé, era mío, les pertenece. Son los verdaderos dueños de todo. Artistas y trabajadores, ciudadanos y campesinos, creyentes y no creyentes, devotos, de botas y de llanques. Así son ellos.


Fui testigo de la mezcla exacta, en proporciones perfectas, de catolicismo e incredulidad, de beatitud y falsedad, de personajes urbanos y de ruralidad. Me llevo eso, y mucho más, historias y anécdotas, mitos y leyendas. Me declaro un completo afortunado, un millonario sin bolsillos, un acaudalado amigo de las danzas.


Contaré también las leyendas que se tejen en torno a los toros. La famosa historia del toro Zarco, aquél hombre que cuando llegaba Corpus Cristhi se enfundaba en su personaje, y buscaba rivales de pelea con los demás grupos de danzas. Ha sido aleccionador todo esto, espero tener el documental listo, para el mes de julio. No me importan los pirateadores, ni los avergonzados de sus raíces. Solo pienso en qué valioso es, el hecho de que por más de un siglo estas mismas danzas, sigan llegando a Celendín, aún con las moto- taxis que invaden su suelo. A pesar de los camioneros que tocan las bocinas, tratando de espantar a los bailarines, en contra de toda desidia por proteger lo nuestro.


(….)


Martes 08 de junio

07:08 min. A.M

He llegado al terminal de buses en Lima, y al bajar, prometí un próximo trabajo con la Guayabina. He considerado concentrarme en un conjunto de danzas por turno, porque individualmente ellas, son todo un universo. Estoy convencido que el próximo año, las cosas mejorarán, no me gusta el hecho de acostumbrar a concursos a los danzantes. Los concursos son siempre expresiones ridículas de competencia. Condicionan al hombre ir en búsqueda de “premios”, “regalos”, “trofeos”. Cuando el fervor no se mide con obsequios. El sonido en el coliseo es pésimo, a quién se le ocurre distorsionar la música ancestral con amplificadores de una sola columna, en un espacio cerrado en círculo, acaso no saben que el rebote de ondas, produce eco. Mediocres. *El anunciador debe dejar de decir maichiles, a lo que un verdadero celendino llama “shil-shiles”. Lea, por favor.

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